domingo, 24 de octubre de 2010

Helena

Intensidad póetica en el corazón de Manhattan.
Estas son las palabras que dan título a un reportaje sobre el refugio de Helena Christensen
en el West Village.
Una mezcla de fotografías, antiguedades y flores frescas.

Un aparador industrial donde guarda sus acuarelas.
Polaroids de su infancia en la pared.
Antiguedades y pequeñas luces.
Escalera de caracol y butacas junto a la chimenea.
Faroles, velas, conchas y algún desnudo femenino.
Un pequeño lugar bajo la escalera para apilar la leña.

Todo esto y muchos cuidados detalles más, hacen de este lugar,
una casa fascinante.
















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